Me decían que todos los hombres son iguales.
Que todos te hacen sufrir, te engañan o te usan.
Que ya no hay románticos, respetuosos, cariñosos o dulces.
Que no quieren nada serio y si duran mucho con alguien, ya la cuernearon.
Hace dos años y piquitín me di cuenta que no.
Yo lo pensaba así también y siempre mis cuentos terminaban mal, con lágrimas y corazones rotos.
Pero encontré a uno de los pocos hombres que después de tanto tiempo no me decepciona.
Pero es tarde, chicas: ahora es mío.
Hoy me toca a mí el FINAL FELIZ